11.12.2010 - Se vivió una noche desigual en Buenos Aires. La toma del Parque Indoamericano en Villa Soldati provocó muertes, HT global en Twitter y reuniones inéditas de madrugada en la misma Casa de Gobierno.
Más de mil familias bolivianas acamparon en el Parque Indoamericano (donde suelen reunirse los domingos desde hace años) y decidieron quedarse ante el loteo administrado por personajes del conurbano bonaerense (es una práctica común en el segundo y tercer cordón).
Los vecinos de Soldati, comerciantes, futuros beneficiarios de las torres de vivienda próximas a entrega y gente de las adyacencias reaccionaron ante la ausencia policial (la toma fue en progresión desde unas 72 horas atrás) y la lucha fue cuerpo a cuerpo, con piedras, palos, fuego y armas…
Una filmación de los medios periodísticos (que también fueron espantados a golpes y piedras) halló a Julio Capella, arma en mano, como uno de los tempraneros disparadores en la contienda.
Inmediatamente los medios gráficos y televisivos salieron a identificarlo e incluso a hablar con su abogado (dijo que su defendido “llevaba un arma de juguete”).
El especialista que pudo identificar al personaje en cuestión no es otro que Gustavo Grabia, joven periodista que solemos leer en “Un Caño”, que trabaja para el multimedios Clarín y es conocedor como ningún otro de las barrabravas argentinas y sus internas.
Gracias al escudo de Huracán que llevaba el delincuente sobre su pantalón rojo, el periodista acortó los tiempos de identificación y se lanzó a publicar los datos (Clarín, Olé y TN), luego copiados y levantados por otros medios.
Gustavo Grabia cuenta que, en efecto, se trata de Julio Carlos Capella, hincha de Huracán, miembro de la barra y cuñado de los dos jefes de la misma (Claudio y Pablo De Respinis).
Demostrando su especializada labor, Grabia amplía las precisiones agregando que Capella, casado con la hermana de los De Respinis, es originario de Villa Soldati pero ya no vive ahí, donde quedó viviendo un tío suyo. Sigue contando, incluso, que “viajó al Mundial de Sudáfrica como integrante de HUA (Hinchadas Unidas Argentinas)” y que
“no tiene portación de armas en el RENAR, por lo que podríamos estar ante tres posibles delitos: portación ilegal de armas, abuso de armas e intimidación pública”.
Más, el periodista recuerda que Julio Capella fue jugador de fútbol profesional en Deportivo Español (1998 al 2000) y en Tristán Suárez (2000 a 2001), redondeando unos veinte partidos en primera división.
Admirable el trabajo de Gustavo si no fuera por las siguientes omisiones: además de no tener permiso de portación y tener un tío en Soldati, Julio Carlos Capella es:
* Hermano de Matías, utilero de Boca Júniors y miembro de la barra de Deportivo Español.
* Hijo de Carlos, histórico masajista de Boca Júniors.
* Empleado estatal en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en su Obra Social (Ob.SBA), que fuera intervenida por el gobierno de Mauricio Macri durante 2008.
De todos modos, no dejamos de felicitar a Gustavo Grabia por su detallado y logrado libro LA 12, que cuenta los más sabrosos detalles de la barra de Boca.
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