10.12.2010 - Calígula - Explicar un superclásico acaso excede el bar y la facultad de sociología. Ríver y Boca penan en época otoñal después de exultantes primaveras y sin embargo el superclásico no baja sus decibeles internacionales.
Contábamos la pobreza futbolística después de la última edición (16.11.2010) bajo el título “Cuando el marco se come al cuadro” y esto viene a cuento de una explicación inabarcable como uno de tantos ingredientes: entonces “los borrachos del tablón” (la barrabrava de Ríver) estrenaba telón, trapo o bandera para deleite propio, de público y jugadores.
Contábamos en un legendario post (aplaudido y recomendado por El Gráfico) sobre la paradoja barrabrava, jefe de marco y color, jefe de sangre y abuso.
Los Borrachos del Tablón (como las barras) pueden estremecer con trapos gigantes y con acción: en Paraguay, en Brasil, en Argentina o entre ellos, que no serán meas culpas sino estrellas en su historia.
No obstante son recibidos cada jornada con aplausos y música de Clemente al grito de “llegó la hinchada”, para después comandar músicas de Rubén Rada, Ana Gabriel, la Bersuit, Gilda, Vicentico, Re Piola y Los Piojos.
No obstante son criticados, perseguidos, insultados, señalados, protegidos, procesados, violentos, filmados, marginados, necesarios, execrables, utilizados, regañados, empleados, vitoreados, victimarios y víctimas.
RELACIONADO: EL BARRA DE HURACAN QUE SACO UN ARMA EN EL PARQUE INDOMAERICANO.
.
RELACIONADO: EL BARRA DE HURACAN QUE SACO UN ARMA EN EL PARQUE INDOMAERICANO.
No comments:
Post a Comment