Iban 23 minutos del segundo tiempo. Ríver había empatado en 1 para volver a empezar (después de la derrota en la ida 0-1), pero Botafogo volvió a la red: 1-2. Eran diez contra diez y Ahumada es expulsado (28´ST). La poblada cancha era un volcán en erupción. La lava venía hacia el banco de suplentes, donde Passarella transpiraba y gritaba. River necesitaba tres goles... y los hizo... y los trapos de la hinchada fueron un remolino. River pasa a la segunda fase de la Copa Sudamericana.
Pocas veces se ha visto un equipo de River jugando con este espíritu, levantando un resultado semejante por Copas internacionales, con un Passarella tan acorralado y un Ortega tan destruído.
Pocas veces se ha visto un equipo de River jugando con este espíritu, levantando un resultado semejante por Copas internacionales, con un Passarella tan acorralado y un Ortega tan destruído.
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