- Ganó 4 a 1.
- Y sí, no podía ser menos. Estos yankis no existen.
Número puesto. El equipo de los “ultracampeones” no podía menos que una goleada a un equipo B de Estados Unidos. Pero... los partidos hay que jugarlos y los goles hacerlos.
Los críticos (de cine, pintura, escultura, literatura) deben saber que en no pocos casos, por pasión, error o divague, el análisis sobre determinada obra descubre y redescubre senderos, lugares o interpretaciones que el propio autor desconoce.
Así podríamos decir que Argentina trabajó el partido con cautela y prolijidad, tratando de jugar por el piso ante un rival muy abroquelado en su campo; que nunca desesperó, que no perdió la paciencia a pesar de no sacar ventaja en el marcador y siguió jugando de la misma manera, a su tiempo y a su modo para lograr finalmente el unánime cometido de golear.
Pero también, podríamos decir que Argentina salió a comerse los chicos crudos y se olvidó la puerta abierta. Porque a los 8 minutos le entraron: fue la segunda vez que la defensa quedó mal parada y fue penal y 0-1. Y quedó mal parada porque el equipo estuvo descompensado, porque acaso creyeron que había que hacerle mil goles a Estados Unidos.
Argentina no le pudo entrar hasta la hora de juego (minuto 60). Porque dominando terreno y pelota no había combinación ni cambio de ritmo. Riquelme juega a 33 revoluciones en un partido de 45, algún pelotazo de Verón y amagues de Messi. Sorprendió, por momentos, la sobrepoblación del cuarto de campo norteamericano. Pero era cierto, Argentina no podía entrar.
Y entonces se dio en el segundo tiempo. Cuando entró Aimar, cuando las piernas flaquearon y cuando, acaso, relajaron el juego (si algo tiene Aimar es chispa y juego relajado). Recién entonces Argentina supo que lo ganaría, pero... necesitó un equipo que difícilmente vuelva a verse: Aimar, Riquelme, Verón y Gago componen un mediocampo de técnica sinigual y contención cero que descompensa un equipo de manera exagerada. ¿Todo eso se necesita para ganarle a Estados Unidos? ¿O tan sólo un poco de rélax?
Afirmaciones y reafirmaciones:
1.El juego de Riquelme resta en competencias de selección.
2.Las limitaciones y la inseguridad de Heinze hacen peligrosa el ala izquierda.
3.El egocentrismo de Messi atenta contra el equipo.
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