06.05.2011 - Cuando el peligro de descenso es mucho más que un fantasma, cuando perder la categoría es una irrevocable despedida se juega a todo o nada. Y así jugó Puerto Nuevo hasta el último día de abril (2011). Entonces perdió (1-2) ante Yupanqui con un gol de penal en el minuto 92. Y quedó último. Y descendió.
Puerto Nuevo volvía de la desafiliación (2009/10), debutó con un 1-4 frente a Claypole y, desde entonces la lucha fue palmo a palmo, calculadora en mano, con Barracas Bolívar. Y no pudo ser.
Lejos de su mejor performace (ascenso a 1ºC -1994), “Puerto” se despidió en su estadio, el Rubén Carlos Vallejos (500 espectadores), ante una centena de hinchas (entre popular y platea) que terminaron insultando a la Comisión Directiva. Empezó ganando (Gorosito ´11) pero la pelota les quemaba en los pies y en combo con las matas de la cancha el partido se convirtió en una sucesión de pelotazos inciertos. Yupanqui lo dio vuelta y lo terminó condenando.
Descender de la 5º categoría del fútbol argentino (Primera D) es desafiliarse de AFA (por un año), dejar de cobrar $50 por empate y $100 por victoria, más horas en el videoclub (Emanuel Coesta, arquero), más delivery (Romero), horas extras en el kiosco (González), más horas de estudio, sondear las ligas de Campana, ofertas de algún otro club y/o lugar en los intercountrys, donde el césped vale la pena.
Cacho Robina (DT) vuelve a la refinería de Esso (Campana) y al fútbol de countrys donde “jugás, ganás y cobrás, pero falta algo. Lo que sentís en el ascenso no lo sentís en ningún otro lado”.
Y aquél ya no vendrá en la semana a arrancar matas, rellenar pozos, abrir el portón a los visitantes y encender la caldera para las duchas.
Aquél es Maxi, el hincha número uno de Puerto Nuevo.
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