31.08.2011 - Inspirados en la mexicana revista Récord que hace poco publicó un listado de los jugadores más odiados en el mundo, igual que ellos (sin base estadística alguna), construimos un top ten del fútbol argentino.
Edson Arantes do Nascimento
Las permanentes y renovadas arremetidas contra Diego Maradona en su lucha incondicional por postularse como el mejor de todos los tiempos hacen de Pelé uno de los “blancos” más asiduos a las críticas (y no sólo críticas) del futbolero argentino. Si acompañamos el combo con ataques (indirectos) que llegan hasta Lionel Messi y su poca modestia a la hora de declarar, se convierte en predilecto a la hora de los golpes verbales. Como atenuante podemos agregar que el caudal de críticas se reduce (notablemente) en el público que lo vio jugar.
Cristian Fabbiani
Gordo y mediático de alto perfil, el Ogro es un especialista en ganarse enemigos y sumarlos a su cuenta como seguidores de red social. Su juego de tacos y caños empezó su fama (“yo juego así”). Su sobrepeso, directamente proporcional al declive de su nivel futbolístico y a la importancia de los clubes que se interesaron por su pase terminaron por erosionar cierta imagen que supo construir. Hinchas de Vélez y Newells lo rechazan por igual, siempre menos que los de Ríver, donde llegó como salvador y a cuya hinchada estigmatizó.
Juan Román Riquelme
Su increíble cantidad de conflictos, lesiones, protestas, peleas salariales y alergia a los entrenamientos en paralelo a su notorio declive futbolístico lo hacen vulnerable a la crítica. El primer rechazo riverplatense por ser ídolo xeneize trascendió las fronteras del superclásico cuando le tocó vestir la camiseta de la selección argentina. Desde entonces ninguna encuesta le da resultados positivos en la aceptación. También de poca modestia y con prerrogativas incomprensibles se ha ganado gran rechazo de sus propios pares.
Hugo Barrientos
Generados por su fútbol ríspido y de dudosa intención, el volante saltó a la cúspide del repudio cuando después de castigar a Giovanni Moreno el colombiano de Rácing se lesionó y se ausentó de las canchas argentinas por largos meses. No fue el único caso que lo encontró derrapando en las canchas, Ramírez ensangrentado (jugando para Bánfield) es otra imagen que se le atribuye y por la que también colecciona insultos de todo calibre.
Horacio Ameli
Superando por varios cuerpos a John Terry, el Coco fue condenado socialmente por tener sexo con la esposa de su compañero de equipo y par de defensa central (Tuzzio). Tal fue el encordio que Ameli desapareció de la faz del fútbol profesional.
Gastón Sessa
Bolsas de insultos supo recoger el Gato en cuanto estadio asomaba. Sus declaraciones, sus arranques violentos contra periodistas y propios compañeros se pasaron de la línea cuando atendió a Rodrigo Palacio (Boca) atajando para Vélez. El repudio generalizado hizo que migrara a Ecuador para luego volver con perfil y rendimiento más bajo. Hoy, después de descender con Gimnasia y Esgrima, ataja para Boca Unidos en el Nacional B.
Mariano Pavone
Le tocó llegar al peor Ríver de todos los tiempos para conjugarse a los raros esquemas propuestos por Juan José López (DT) que lo vestían de Llanero Solitario en las área rivales. También le tocó hacer el único gol que Ríver sumó en la promoción. Y también le tocó errar el penal que terminó de condenar a los millonarios al descenso por primera vez en su historia.
Guillermo Barros Schelotto
Ídolo en Gimnasia y Esgrima (donde se retiró) e ídolo en Boca, el mellizo no dejó de sumar enemigos por su alta colección de mañas en los campos de juego. Blanco preferido de hinchadas rivales en los partidos que jugó en el país, lejos de amedrentarse, Guillermo era de redoblar apuestas y enfrentar a quien fuera.
Oscar Ahumada
En los tiempos tumultosos de un Ríver desvastado, Oscar Ahumada trascendió su propio aporte futbolístico cuando comparó (públicamente) a la hinchada “alentadora” de Boca con el “silencio atroz” que hacía la de Ríver cuando el equipo iba en desventaja. Pocas tumbas verbales como esa lograron cavarse en el fútbol argentino.
Juan Sebastián Verón
Estigmatizado desde su pobre performance en el Mundial 2002 y tildado de traidor (por favorecer al inglés), la Bruja es amado en Estudiantes de La Plata, ciudadano ilustre de la ciudad y (para muchos) futuro presidente de la institución.
Si bien pudo atenuar rechazos a partir de la conovocatoria de Maradona al seleccionado, nunca pudo sacarse el cartel de encima que acompaña con prerrogativas y comportamientos ambiguos.
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